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"Venimos con un plan de vida"


Entrevista a Amit Goswami, el científico espiritual.

Es físico y está considerado como uno de los científicos pioneros del nuevo paradigma que une física cuántica y conciencia. Se dio a conocer mundialmente a raíz del documental ¿¡Y tú qué sabes!?

¿Cómo empezó a interesarse por temas espirituales? Yo era un científico materialista. Pero un día me pasó algo muy especial. Me habían invitado a dar una conferencia, no me había salido bien, estaba celoso de mis compañeros. Por la noche, después de cenar, seguía estando celoso. Estaba con ellos, en medio de una fiesta. A ellos les felicitaban, a mí no. Me fui a la playa, solo, junto al mar. Y oí una voz que me decía que tenía que cambiar de vida. No podía estar tan aferrado al éxito y al reconocimiento profesional. Fue entonces, al oír aquella voz, al tener una experiencia espiritual, cuando tuve claro que tenía que incluir la espiritualidad en mi modo de ver el mundo. Y de ser un científico materialista pasé a ser un científico espiritual.


Sus colegas científicos materialistas no le debían aplaudir. Hay muchos científicos que aún quieren tener el control, y que se consideran como los antiguos curas medievales: con todo el poder. No aceptan que hoy en día el conocimiento, y por lo tanto el poder, está en manos de la gente. Que cada cual puede crear su propia realidad.


¿También “crea su realidad” una persona a la que le ocurren desgracias? Todos pasamos por malos momentos. Solo puedo decir que hacerse la víctima no ayuda. Mi consejo a estas personas es que, sin presionarse, salgan de su papel de víctimas.


¿Qué entiende por “crear la realidad”? La realidad se manifiesta en presencia del observador. El punto de vista cuántico nos dice que el mundo es posibilidad. No estamos limitados, no somos máquinas, podemos elegir. Conectados al dominio de la posibilidad, podemos crear nuestra realidad. Pero no desde nuestro ego, desde nuestro yo, sino desde la conciencia, que es una.


¿Cómo podemos acceder a esta conciencia? Bajando el ritmo y, después, escuchando a nuestra intuición.


Nos cuesta seguir a la intuición. Debido a las limitaciones que nos impone la mente racional. La intuición tiene que ver con el sentir, no con el pensar.


¿Por dónde podemos empezar? Fijándonos en nuestro cuerpo. Estimulando el chakra del corazón, coordinándolo con el del plexo solar, de modo que integremos lo masculino y lo femenino que hay en nosotros. Las mujeres tienen más desarrollada la energía del corazón, los hombres el chakra del plexo solar. Las mujeres están acostumbradas a dar, a querer incondicionalmente. Y los hombres suelen tener el chakra del corazón cerrado: tienen miedo a ser vulnerables. Pero si somos capaces de armonizar las dos energías, nuestra verdadera identidad aparece en el corazón, y somos capaces de seguir la intuición sin filtrarla con pensamientos.


¿Nos falta seguir más al corazón? Sin duda. Además, en esta era de la desinformación, enviamos whasapps sin ni tan siquiera sentir en nuestro corazón el beso que estamos mandando o la frase “te quiero”.


Volviendo a la Ley de la atracción, hubo un tiempo en que parecía que visualizando nuestros deseos lo podríamos lograr todo. Hay verdad en la Ley de la atracción, pero solo en los arquetipos, que son objetos del mundo supramental. Yo puedo atraer a mi vida arquetipos de belleza, amor, bondad, justicia... Pero nada que ver con cosas materiales, como por ejemplo coches o posesiones.


¿Puede argumentar un poco más lo de los arquetipos? Venimos al mundo con unos deberes, con unas tareas. Un plan de vida, de aprendizaje, que guarda relación con un arquetipo que tenemos que explorar. La belleza, por ejemplo.


Se trata de algo muy efímero. Estamos hablando de cosas intangibles. El amor, por ejemplo. Cuando vemos el amor en la persona querida y lo comparamos con el amor que sentimos hacia esa misma persona hace unos meses, años, nos damos cuenta de que siempre se trata de una experiencia nueva.


¿Cómo hacerla permanente? A través de la manifestación en nosotros. No necesariamente a través del amor romántico. Podemos llevar una vida dedicada al arquetipo del amor, a entregarnos a los otros, tal y como hicieron Gandhi o Teresa de Calcuta. Un arquetipo, por cierto, es lo que se reencarna.


Es usted un científico. ¿Está hablando de reencarnación? Hay una ciencia de la reencarnación. Y la física cuántica nos dice qué es exactamente lo que se reencarna: el aprendizaje que hemos hecho en esta vida. Nuestra capacidad para amar, sería en este caso. Nuestro carácter, por decirlo de otro modo.


O sea, según usted, ¿no morimos completamente? Nuestro cuerpo físico muere, pero el carácter sobrevive a la muerte física. Es la no-localidad de la memoria cuántica. Sin la física cuántica, no podemos entender este tipo de memoria.


La física cuántica, por lo tanto, es revolucionaria. Sin duda. Nos está diciendo que todos somos uno. Si somos capaces de acceder al estado de conciencia en que todos somos uno, a ese plano de la potencialidad todo es posible. Nuestros ancestros no solo se veían como un cuerpo físico.


Y usted y yo, ahora, ¿qué somos? Somos mucho más. También somos un cuerpo sutil, al que deberíamos dar más importancia. Lo manifestado, es decir, lo que vemos y tocamos, tiene un orden que viene de lo no manifestado. Y muchas enfermedades provienen de lo sutil. Por suerte, cada vez la medicina está contemplando esa energía sutil, que no por no poderse ver es menos real. Ya hay tecnología para poderla medir, como la GDV.


Fuente: Mentesana.

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