INCERTIDUMBRE Y CONFIANZA.

Buscamos el control absoluto sobre nuestra vida, tenerlo todo planificado, lo que nos conduce a apegarnos a lo conocido, a no querer que nada cambie o que los cambios sean los que nosotros deseamos. Esto pone de manifiesto que nos gobierna el miedo y que nos sentimos profundamente indefensos y, a su vez, que no estamos en sintonía con la Vida.
La Vida es incertidumbre y está en constante movimiento, ofreciéndonos lo que necesitamos para nuestra evolución. Es en la incertidumbre donde se abre el campo de las infinitas posibilidades, de la creatividad, de apertura a lo nuevo, de crecimiento y de auténtica libertad. La certidumbre y la seguridad son una ilusión, son inexistentes, una entelequia, y, en su búsqueda, solo conseguimos no evolucionar, mantenernos estancados y esclavizados.
El antídoto es la CONFIANZA en nosotros mismos, en nuestra capacidad para dar respuesta a las situaciones que surjan en el camino y CONFIANZA en la Vida, sabiendo que ésta es siempre perfecta, aunque a mi ego no le guste o no lo entienda. La Vida no se equivoca, ante lo cual solo queda sentirnos pequeños frente a ella, pues la Vida es muy grande, y confiar en que lo que nos trae siempre es un regalo, aunque a veces sea difícil descubrirlo y poderlo desenvolver.